Nueva tecnología mejora tasa de embarazo en mujeres con baja reserva ovárica y mayores de 38 años

Se trata de una tecnología médica de precisión llamada SLICSI (también conocida como ICSI 2.O) la cual, a través de un microscopio moderno con luz polarizada, permite visualizar mejor el ovocito para saber el lugar exacto en que debe ponerse la inyección de espermios, y que hasta hace poco quedaba a exclusiva expertise de los biólogos.

La edad de la mujer es la espada de Damocles a la hora de querer tener un hijo. Entre los 20 – 25 años la posibilidad de embarazo ronda en torno al 25%. A partir de los 30 años se reduce a un 15%; desde los 35 años el porcentaje es de un 8% y a los 40 años desciende a un 3-4%. Esto ocurre porque a mayor edad, la reserva ovárica de una mujer, es decir, su dotación de folículos se reduce drásticamente y eso se traduce en menor tasa de embarazo, mayores problemas cromosómicos en el embrión y aumento de tasa de aborto espontáneo.

Una realidad que debe tenerse cuenta considerando que la maternidad en Chile, al igual que en países desarrollados, se ha retrasado de manera importante. Según datos de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (Redlara) en el año 2020 de los casi 195 mil partos que hubo en Chile, 779 fueron en mujeres de 45 años y más. Casi todas fueron madres gracias a tratamientos de medicina reproductiva. 

Frente a este escenario, entonces, la probabilidad de que mujeres en Chile se vean enfrentadas a una baja reserva ovárica a la hora de ser madre es altísima. 

Cómo lograr embarazo con baja reserva ovárica 

Para conocer el estado de la reserva ovárica y alertar precozmente, hoy la mujer se puede medir la hormona antimülleriana (AMH), que es un indicador que entrega información sobre la cantidad de folículos ováricos que posee. Es como una fotografía de la reserva ovárica en el minuto exacto en que se toma. Mientras más hormona antimülleriana, mayor cantidad de folículos.

Mujeres con baja reserva ovárica tienen una posibilidad bajísima de tener un bebé de manera natural. Para lograr ser madre, la gran mayoría debe someterse a una Fertilización In Vitro (FIV) mediante la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (conocida como ICSI o FIV-ICSI por sus siglas en inglés). Algunas pueden lograr un embarazo con sus propios óvulos, pero un gran porcentaje debe hacerlo con los óvulos de otra mujer (ovodonación).

ICSI 2.0: una nueva esperanza de maternidad frente a una baja reserva ovárica

“Lo que hace esta tecnología de precisión SLICSI es que durante el proceso de ICSI se puede visualizar exactamente donde está ubicado el huso meiótico del ovocito mediante un microscopio moderno con luz polarizada. El huso meiótico es como una especie de motor genético del embrión, que permite que la división celular se realice de manera exitosa y así se logre la formación adecuada del embrión que posteriormente será implantado en el útero de la mujer”, explica Nathaly Chávez, bióloga de Clínica Monteblanco.

El Dr. Ricardo Pommer, director de UMR de Clínica Monteblanco, afirma que lograr visualizar el huso meiótico es un acierto que hasta ahora no se había logrado con el ICSI tradicional y que da mejores resultados a quienes se someten a una Fertilización In Vitro, pero, en especial, a un grupo que hasta ahora tenía más problemas para lograrlo:

–       Mujeres mayores de 38 años.

–       Mujeres que presentan una hormona antimülleriana bajo 1.1.

–       Pacientes con fallas en fecundación en ciclo previo de In Vitro. 

–       Pacientes con bloqueo del desarrollo embrionario en ciclo previo de In Vitro.

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